Dear Abby, columna que da consejos y responde todo tipo de inquietudes de sus lectores, tiene 110 millones de lectores en el mundo.
Nunca le he escrito antes, pero
realmente necesito su consejo. Sospecho desde hace tiempo que mi esposa me
engaña. Veo las señales habituales: suena el teléfono, contesto y la persona
que llama cuelga sin decir nada.
Últimamente ella ha estado
saliendo mucho con ‘las amigas’, y aunque cuando le pregunto por sus nombres
siempre me dice: “sólo son unas compañeras del trabajo, que no conoces.”
Trato de mantenerme despierto
para ver cuando llega a casa, pero siempre estoy dormido cuando regresa. Y mi
madre dice que es porque no quiero saber la verdad.
Anoche volvió a salir y me decidí
a comprobar la verdad. Alrededor de la medianoche, decidí ir al garaje para
esconderme detrás de mis bicicletas de carretera y de montaña con el fin de
poder obtener una buena vista de la calle. Cuando llegó a casa después de su
salida nocturna con ‘las amigas’, salió del carro abrochándose la blusa que
estaba medio abierta. Luego sacó la ropa interior de su bolso y se la puso en
la oscuridad.
Y fue en ese preciso momento
querida Abby cuando, agazapado detrás de mi bicicleta, me di cuenta de una
ligera fisura en el tubo diagonal del cuadro de la bici de ruta.
¿Es esto algo que pueda arreglar
por mí mismo o debería acudir a la tienda de bicicletas?
Atentamente; un ciclista consternado.